sus padres eran Rafael Peña Lucena y Elisa Córdoba García, con domicilio en calle Carril número 10 de Espejo. Su hermano Virgilio cuenta que de niños trabajaron juntos con un tío materno, en una finca a 25 kilómetros de Espejo. Hirilio cuidaba las cabras y Virgilio los bueyes. Cuando volvieron al pueblo les bautizaron presionados por la gente considerada "de bien" del pueblo, escandalizados por no haber recibido el bautismo y le pusieron de segundo nombre Rodolfo y a su hermano Virgilio, Antonio. Virgilio fue deportado a Buchenwald y fue liberado. Otros dos hermanos, Licinio y Elisa, aparecen en expedientes de comunismo y masonería. Su padre, apodado El Rubio Peña, era muy conocido y respetado en el pueblo por su convicción comunista. Su padre, jornalero y activo líder sindical, fue uno de los organizadores de las huelgas de 1918 en su pueblo. La madre, Elisa, era la churrera del pueblo. A ella la raparon y le dieron aceite de ricino, por lo que huyeron a Linares. Es entonces cuando Licinio y Elisa son involucrados en actos propagandísticos en la provincia de Jaén.